Nevenka acaba de terminar la carrera, está haciendo prácticas en Madrid y desde su pueblo, Ponferrada, la proponen formar parte de las listas para entrar como concejal en las siguientes elecciones. Nevenka ocupará la Concejalía de Hacienda y Comercio. Un trabajo que ella afronta con ilusión y ganas a pesar de no tener experiencia en política. El alcalde, Ismael, y el que la había convencido para venirse a Ponferrada primero quiere una relación con ella y cuando Nevenka, a pesar de aceptar durante un corto tiempo, le deja claro que ella no quiere seguir, el infierno se desatará para Nevenka.
Era difícil contar esta historia desde un punto neutro y objetivo e Icíar Bollaín lo consigue. A través de los personajes nos cuenta un caso de manual de acoso: un acosador con poder, en un sitio pequeño, al que todos quieren porque le deben favores, todos miran para otro lado y Nevenka se queda muy sola en su abuso y en su lucha.
Una película contenida y hecha desde la calma, algo que como os digo es difícil. Es difícil no sucumbir a la rabia. Mireia Oriol está genial en el papel de Nevenka. Es capaz de transmitir su vitalidad, energía y el derrumbe físico y psíquico.
Debemos mucho a Nevenka. Nunca será suficiente todo lo que hagamos para darle las gracias ❤️