Valme Luna nace como proyecto durante el confinamiento de la Covid-19, cuando Valme y su padre mantuvieron una conversación dolorosa: tira la toalla tras 45 años de trabajo como artesano, porque a duras penas soportamos la crisis de 2008 y piensa que la crisis económica que se avecinaba iba a ser el fin. Es entonces cuando Valme se propone hacer algo: mostrarle al mundo los productos que trabajábamos en el taller mediante las redes sociales. Además, nos encanta lo que hacemos.
Utilizan materiales y fibras naturales que ellos mismos recogen en Los Palacios y Villafranca (Sevilla) que es su pueblo, de manera que la calidad es garantizada y la huella para el medio ambiente es prácticamente nula. Y esa es la filosofía del proyecto: demostrar que la slow fashion no es más que volver a nuestras raíces: valorar el trabajo a fuego lento, con materiales de calidad, respetando los derechos laborales a la vez que respetamos el medio ambiente.
Otros artículos especiales para ellos y para sus clientes son sus bolsos. Normalmente elaborados con esparto de pleita estrecha o de palma. Además de los típicos capazos, tratan de innovar con diseños propios. El proceso de elaboración es lento, porque queremos ofrecerles a nuestros clientes la máxima calidad. Primero los diseño, después hacemos pruebas y por ?último me paso meses utilizándolos, comprobando que resisten al uso diario.
El covid-19 agudizó la mente de muchas personas y emprendedores, quienes decidieron crear y comercializar productos de desinfección o de primera necesidad. La manufacturación de mascarillas fue una respuesta frente a la falta de estas, al igual que el nacimiento y uso de alfombras desinfectantes.
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