De Tacones y Bolsos - diseño independiente: Mapanda, para papás y niños molones

miércoles, noviembre 27, 2019

Mapanda, para papás y niños molones

Lucía Román lleva años trabajando como diseñadora para otras empresas. Estos trabajos le han dejado una experiencia increíble, impagable, pero también le han hecho abrir los ojos ante el caduco recorrido que tienen las cosas que consumimos. La obsolescencia programada cayó en mi vida como una losa y me hizo replantearme la importancia de la sostenibilidad. Éste fue su catalizador. Y el resultado, Mapanda, una firma de moda infantil que nace bajo el paraguas de la ética en la fabricación.

Pero Mapanda no es sólo ropa. Mapanda también es imaginación, creatividad, ingenio, innovación e interactividad. Su hija Sophie, mi inspiración, ha contribuido a que Mapanda sea una realidad y no viva sólo en mi cabeza. Sophie me ha ayudado a mantener viva mi imaginación. Es mi pepito grillo, pero uno que me ata al mundo de los sueños, que es en el que vivimos los emprendedores, aunque muchas veces no queramos admitirlo.

Desde bebé, Lucia guarda, una caja con sus dibujos, historias, juegos, personajes imaginarios, invenciones que, a lo largo de estos 10 años maravillosos junto a ella han ido conformando un universo que ahora se ha materializado en Mapanda.

No creo ser la única madre en este mundo que cree que los niños son pequeñas esponjas que absorben todo: lo bueno y lo malo. Yo diseño cada estampado con la ilusión de que los más pequeños puedan compartir las aventuras de los personajes que visten, y que se imaginen otras tantas más, que vivan peripecias y acudan a su imaginación a diario para ejercitarla, para que no la pierdan por el camino de la madurez. Todas las historias de Poposa y Llibug, la mariquita mensajera, Rocky Racoon, el mapache travieso, Gulp, el monstruo tragón… se convierten en videocuentos que acompañan la ropa interactiva de Mapanda y forman una familia divertida y bizarra que sólo pretende motivar la creatividad de los niños.

Sé que, a veces, cuando pasamos de los taitantos pensamos que ya no nos queda imaginación que malgastar en dibujos y cartoons,… Nada más lejos de la realidad. La creatividad y la magia con las que vivimos de niños deberían acompañarnos toda la vida, aunque fuera a ratos. Por eso, os invito a pasar, a echar un ojo, a pasear por las calles, los caminos y los rincones de Mapanda, un lugar distinto en el que está permitido todo, salvo dejar de soñar.


















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