Después de dos años en París, Lu regresa a Barcelona. Perdida, emocionalmente muy triste y sin saber qué va a hacer. Pero su madre decide por ella. Del aeropuerto a casa de Marina, 86 años, para vivir con ella y cuidarla. Lo que al principio era una relación forzada acaba convirtiéndose en una relación de amor y cariño. Lu y Marina serán nieta y abuela. Ambas se ayudaran a recuperar el control y el sentido de sus vidas. Ninguna podrá vivir ya sin la otra.
Una maravilla de historia. De dulzura, de amor y de lo importante que es ayudarnos entre nosotros. De no dejar de lado a las personas mayores, de todo el amor y los consejos que nos pueden aportar. De la importancia de la música para hacernos recordad los buenos momentos, para transportarnos, ... De los amigos, de confiar en ellos. Y también de ser valientes para enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestros miedos, a nuestras decisiones y ser felices.
He disfrutado conociendo a Marina y a su hermana María, a Rita, a Rafael, ancianos ya, con sus achaques, algunas más que otro, pero con mucho aún qué decir. Me ha encantado Lu, su forma de cuidar a Marina, de quererla, de preocuparse por María, Rita, Rafael, ..., y todo lo que le aportan. Muy ilustrativo.
Una historia que te reconforta. ¡Enhorabuena, Nuria!
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