Lana Neble nació en Lanzarote, aunque con 18 años decidió mudarse a Madrid y formarse como ilustradora y diseñadora gráfica. Allí vivió cuatro años. Fueron los más importantes para mí en cuanto al inicio de la bonita y difícil carrera de ser ilustradora.
Aunque durante su adolescencia ya abrió su primer blog y subía ilustraciones que acompañaban los cuentos que escribía, fue en Madrid, rodeada de sus compañeros de clase, de la influencia de la ciudad y de todo lo nuevo que tenía delante lo que le hizo decir: sí, esto es lo que quiero hacer. Empezó, entonces, a moverse. Es difícil, hay que ser un culo inquieto, pero merece mucho la pena. Yo aún sigo en el inicio, he avanzado, sí, pero me queda muchísimo camino por recorrer aún. En Madrid ha estado en el Mercado Central de Diseño de Matadero y luego en el Círculo de Bellas Artes. También supo lo que es trabajar formando parte de un estudio como de freelance. Fueron experiencias muy bonitas. Te hace ver las cosas buenas y malas de la profesión.
Cuando terminó sus estudios decidió irse a Francia durante medio año, ha sido una aventura que me ha hecho evolucionar en muchos niveles. Soy muy curiosa y desde hacía mucho tiempo que quería irme fuera de España. Aquí he tenido la suerte de viajar un montón y elaborar varios cuadernos de viaje que espero mostrar pronto. Aprender de lo que los demás de pueden ofrecer siempre enriquece mucho.
En cuanto a sus ilustraciones, intenta que siempre tengan un componente sentimental. Quiero que transmitan algo. Quiero darles la capacidad de que alarguen la mano y puedan llegar a tocar una parte interna de nosotros. En el mundo de la ilustración, el cual difiere a las obras puramente artísticas, siempre tienes que estar supeditado al cliente. Pero me encantan cuando ellos confían en ti, te dan libertad y el resultado finalmente les arranca una sonrisa.
Cuando no dibuja para un cliente, lo hace principalmente para hablar sobre aquello de lo que le cuesta o no le sale. Cuando era pequeña, me costaba muchísimo transmitir mis emociones. No sabía decir «no» o «sí» ni mostrar cuando algo me disgustaba o entristecía. Entonces lo hacía mediante dibujos. Me sale más natural expresarme mediante imágenes, quizás en ello encuentro algo que con las palabras no soy capaz o me quedo corta. Mis pensamientos son muy ambiguos, por eso me gusta mucho cuando alguien se ve en mis ilustraciones.
Durante sus estudios, aprendió toda clase de técnicas y sin duda sus favoritas son la acuarela, el grafito, la tinta y los lápices de colores. Pero la ilustración digital también le gusta mucho. Por ahora me gusta mucho experimentar con todo lo que cae en mis manos y lo que me da curiosidad. Creo que es lo mejor que podemos hacer cuando estamos todavía aprendiendo (e incluso después, a mi parecer) A veces romper con la hoja en blanco es difícil, sobre todo cuando la fecha de entrega está mirándote con mala cara. me gusta mucho tener pequeñas actividades que hacer cada día que me obliguen a trabajar el coco. Llevar un pequeño cuaderno encima siempre es un buen método.
El siguiente paso es Londres. Es una ciudad en la que tengo muchos amigos que se dedican al campo creativo y todos me dicen lo mismo «es una ciudad difícil, pero merece la pena moverse por aquí» Cuando tenía 15 años, mis aspiraciones eran moverme a Londres y trabajar en una floristería, entonces es una ciudad a la que tengo muchas ganas. Aunque sinceramente, iré con motivación pero los pies en la tierra. Tengo aún mucho por evolucionar y sé que Londres está plagado de grandes profesionales. Yo quiero aprender todo lo que pueda. Moverme mucho, sí, pero sobre todo, ver donde aún tengo que mejorar, quizás tomar un rumbo diferente dentro de la ilustración o ver algo que no sería capaz de ver en otro lugar. Cambiar de ciudad siempre me nutre mucho, entonces sé que va a suponer algo muy guay para mí, como persona e ilustradora.
Uno de sus sueños, es poder ver algún libro ilustrado por ella, aunque reconozco que me encanta unir por una parte, los mundos del diseño gráfico y la ilustración para crear sobre todo marcas corporativas, packaging.. y por otra, con el diseño de moda. También le gustaria elaborar ilustraciones que luego formen parte de prendas de ropa. Por eso me encantó la colaboración que hice con Saypleasebaby. Ver una de mis ilustraciones sobre sudaderos y bodies es algo que me hace sonreír un montón.
Es cierto que el panorama de la ilustración ahora está muy en auge, pero no es algo que me preocupe como a algunos de mis compañeros. Creo que la ilustración siempre hará falta. Es una forma de comunicación más, pero hay que lucharlo mucho, moverse y aunque a veces es muy difícil, no tirar la toalla. El comienzo es muy duro porque es difícil mantenerse de ello, pero creo que es una profesión muy bonita y merece la pena dar todo y más. Sobre todo si es nuestra pasión. Por eso también es importante tener una buena presencia en las redes sociales, mostrar tu trabajo y en mi opinión, una pequeña parte de ti. A la gente le encanta conocer a la persona que maneja los lápices. Consigues una empatía y creo que eso es de las cosas más importantes.
Un ilustrador que le gusta mucho es Christoph Niemann. Me encanta la creatividad que tiene, como de lo más simple y cotidiano puede sacar una historia. Para mí es un gran ejemplo a seguir, que además me ha ayudado a mantener la motivación más de una vez.
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