Refranes, canciones y rastros de sangre

Refranes, canciones y rastros de sangre es la segunda trilogía de mi paisano César Pérez Gellida.

Este vallisoletano ya irrumpió con fuerza en la novela negra con Versos, canciones y trocitos de carne. Y con esta segunda se ha superado totalmente.

Sarna con gusto se sitúa en Valladolid. Ramiro Sancho regresa a su comisaria de la Rondilla y nada más llegar se tendrá que enfrentar a un caso de esos que sabes que te dejarán huella. Si hubiera podido me lo habría leído de una sentada. No puedes dejar de pasar página tras página, suspirando y diciendo junto con Ramio, ¡hay qué joderse!

Con Cuchillo de palo he de decir que sufrí mucho. Ver a Ramiro desahuciado y tocando fondo no es agradable. Pero con César nunca se sabe y sí, todo tiene su porqué. Cuchillo de palo es sorprendente. Crees que lo sabes todo y realmente no sabes nada. Tienes que ir aprendiendo y convenciéndote de todo lo que pasa. Regresan Erika y Ólafur y eso está bien.

Y con A grandes males se cierra un círculo que empezó hace tiempo. Y sí, cerrar implica despedidas. Una historia entre la realidad y la ficción, porque la ficción puede ser verdad, ¿quién sabe? Viajamos a Argentina, a Buenos Aires. Ólafur y Erika intenta desenmascarar a la Congregación de los Hombres Puros. No será fácil y el precio será alto. ¿Merece la pena? Hay melones que una vez abiertos hay que meterse y seguir. Aprenderás mucho sobre Dante.

César, no tardes mucho en seguir soprendiéndonos, ¿vale?