Origami es la nueva colección de Mareíto. Es muy especial para mí, quizá digo siempre lo mismo, en realidad todas son especiales y las últimas en concreto son un viaje paralelo a mis estaciones anímicas.
Esta colección ha venido tarde. Mar se ha enzarzado en proyectos ajenos que finalmente ha sentido como propios y que en cierta manera han sido como una vía de escape: una banda de soul, un proyecto de crianza respetuosa y educación sistémica, y al final Mareíto olvidada. Aunque no es que quisiera escaparme de Mareíto… pero llevo 7 años y me he dado cuenta de que lo que pase en el mundo, o lo que me pase a mi es irrelevante y Mareíto sigue ahí expectante, siempre con una mirada llena de amor… tenga o no tenga yo, historias que contar… Y a raíz de estas intervenciones en proyectos ajenos, llegó la mía, la inspiración, para mí y para Mareíto.
Todo vino en casa, mientras cenábamos tranquilamente. Elías, que ya es maestro desde hace unos meses, tenía que prepararse la clase plástica y bueno, estábamos entre unas máscaras de catrinas o un lapbook sobre alguna cultura lejana… y de culturas lejanas acabamos conversando sobre las mujeres jirafa… y de pronto estábamos en Bolivia con las tejedoras de alpaca, y de ahí nos fuimos a Japón, a sus artes, su música, su lenguaje… y ¡¡el origami!! Entonces Elías recordó un origami que les hacía su padre cuando eran pequeños: una especie de tanque con un orificio por donde soplabas para darle volumen… Intentamos hacerlo pero no nos salió y al final acabamos jugando con avioncitos de papel impregnados de manchurrones de aceite de oliva, que sobrevolaban la cena, y barquitos surcando mares de sopa … Ahí empezó todo, jugando y retándonos cada día el uno al otro a ver quien traía una figura nueva de papel … un conejo, un dinosaurio, unos diamantes con volumen … el proceso ha sido hermoso… aunque claro, hubo un momento en que las voces de mi vida empezaron a sonar: “muy monos tus avioncitos de papel pero queremos Mareítos “… Y sí, yo también quería Mareítos y estaba todo claro: no iba a renunciar a los avioncitos así que empecé a buscar mi paleta y a sacar estampados.
Mar ha realizado más de 50 estampados para esta temporada pero son 8 los que finalmente ha elegido para la colección. Estoy muy contenta con ellos, estoy muy feliz con Mareíto y si algo he aprendido en esta colección es que disfrutar de lo pequeño, te puede hacer sentir enorme… que nunca es tarde para crear, y que finalmente soy artesana…que la industria y tiempos de la moda no van conmigo… no los siento ni los comparto.
Sigo teniendo esa necesidad de cambiar, de hacer cosas diferentes y de sorprender tarde lo que tarde… El trabajo tiene que estar bien hecho, la confección y los acabados son detalles indispensables en los que se percibe el amor y el cuidado de un objeto hecho a mano.
Continuará…
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