Rocío es madre soltera. No tiene trabajo, ni familia, ni ningún tipo de ayuda. A veces reparte publicidad y se gana 20 euros. Su vecina María es su ángel de la guarda. Rocío y Adrián van tirando, como pueden. Pero la situación se agravará cuando el dueño del piso de alquiler en el que viven, necesite el dinero de la renta...
Tremenda historia la de Rocío, tremenda en la ficción y tremenda porque es real. 500.000 familias fueron desahuciadas de sus viviendas en 2012. 500.000. Tremenda cifra.
Rocío nos hace ser conscientes de varias realidades. La más evidente, su situación de absoluta pobreza, sin ninguna ayuda. Pero luego hay otras. ¡Qué poco sabemos de la vida y problemas de nuestros vecinos! Esos con los que vivimos pared con pared. Y luego, como Rocío, como ocultamos nuestros problemas a los demás. Por vergüenza, miedo a que al contarlo todo vaya a peor. Tremendo.
¿Y quién ayuda a Rocío y a Adrián? Desde luego no los que ayudan y rescatan a los bancos. Algo debe cambiar.
Una gran historia, gracias a todo el equipo por ser valientes. Y a Natalia de Molina, gracias por dar voz a todas esas Rocíos.
Película: Techo y comida.
Dirección y guión: Juan Miguel del Castillo.
País: España.
Año: 2015.
Duración: 90 min.
Género: Drama.
Reparto: Natalia de Molina, Mariana Cordero, Jaime López, Mercedes Hoyos, Gaspar Campuzano, Montse Torrent, Natalia Roig, Manuel Tallafé.
Producción: Germán García y Alfred Santapau.
Estreno en España: 4 Diciembre 2015.
Calificación por edades: Apta para todos los públicos.
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