Álex siempre ha pintado aunque nunca tuvo el valor de dedicarse
profesionalmente a ello. De hecho, su formación y trayectoria
profesional han sido totalmente ajenas a las Bellas Artes. Estudió Periodismo y Traducción y se ha dedicado al marketing digital. Hasta que un día, no hace mucho, tuvo que buscar trabajo. Al cabo de un par de meses se dijo a sí misma: “¿qué estoy haciendo?, si a mi
lo que me vuelve loca es ¡pintar!”. -y ahí empezó todo.
Sus acuarelas están fuertemente vinculadas a la naturaleza.
Tiene especial predilección por los animales y le pirran las formas orgánicas, suaves y
armoniosas. A veces me gusta plantear mis dibujos en situaciones inverosímiles o con colores
imposibles.
Álex combina la gestión de su proyecto con su otro trabajo,
el de mamá, que también es bastante
absorbente. Le encanta trabajar en la soledad de la mañana, con la luz del sol
entrando a raudales por la ventana y flores frescas en su escritorio.
Álex no comenta que aún siente que está en modo “exploración”. Estoy analizando con
qué vías me siento más cómoda y perfilando cómo deseo que sea mi
futuro. Junto a la ilustración pura y dura me interesa también mucho la promoción del producto final:
algo tenía que quedar de tantos años dedicándome al marketing, ¿no? Está aprendiendo, con mucha emoción, a realizar diseño de estampados, pattern
design. La verdad es que me encanta y quiero seguir profundizando.
Cada vez hay más cabida para profesiones relacionadas con la
creatividad. El auge de portales como Etsy o Society6 ponen de manifiesto la
necesidad actual de crear y de adquirir productos que hayan sido producidos con
mimo e ingenio.
Son muchos los ilustradores a los que Álex admira: Geninne D Zlatkis o Dinara Mirtalipova, una fiesta para la vista.
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