Me gusta mucho el teatro y en general cualquier expresión de arte escénico.
En el teatro puedes sentir lo que los actores quieren trasmitirte y cuando su actuación te llega, se te mete dentro, es una experiencia maravillosa.
Además, últimamente se apuesta por cine en pequeñas salas en las que estás tan cerca de los actores que todas las sensaciones se multiplican y elevan.
Hoy voy a contaros las obras de teatro que últimamente he visto y que más me han gustado.
Otelo, de la compañia Noviembre. Me gustaron las interpretaciones y la puesta en escena minimalista. Con pocas cosas el espectador construía la escena. El personaje de Otelo transmitía mucha fuerza y vigor, parecía un gigante en el escenario. Y lo más maravilloso de esta obra era el vestuario, de la mano de Lorezo Caprile. Os aconsejo seguir a esta compañía.
Lluvia constante, adaptada y dirigida por David Serrano con dos bestias de la interpretación, Roberto Álamo y Sergio Peris-Mencheta. Es de esas historias que desde el principio sabes que te van a llegar, que las sientes, en el pecho y en las entrañas. Roberto y Sergio dan vida a dos policías, amigos desde la infancia, muy diferentes y que a raíz de una serie de acontecimientos verán tambalearse su amistad, sus valores y todo aquello que defendían. Roberto y Sergio están fenomenal. Además, a medida que avanza la historia, sus papeles se invierten e incluso físicamente notas también ese cambio. Al final se llega con una carga emocional muy muy grande que a mí, al menos, me hizo llorar. Están de gira, así que si pasan por tu ciudad no te lo pierdas.
La bella de Amherst en el Teatro de la Guindalera. Si no conocéis esta sala en Madrid os invito a que lo hagáis. Una sala familiar, Juan Pastor, Teresa Valentín-Gamazo y María Pastor, son el núcleo de la sala. Hace poco tuvimos la suerte de disfrutar con La bella de Amherst, una obra sobre la vida de Emily Dickinson contada por ella misma, basándose en sus poemas, escuchándolo de su boca, yendo del pasado al presente, sintiendo las experiencias de esta mujer en su vida, traspasándonos sus dudas, su alegría, su amor, sus miedos, sus reflexiones sobre la vida... Una obra en la que solo María Pastor está en escena durante una hora y media y es más que suficiente. Enseguida el espectador coge cariño a esta Emily un poco loca y despistada, a la que tan pronto la vemos como una adolescente de mejillas arreboladas, como una mujer madura que vive su pasado en su presente, sin respuesta. Magnífica.
En la azotea en La Casa de la Portera, un curioso sitio que los que podáis tenéis que descubrir y experimentar, en Madrid. La Casa de la Portera es una antigua portería adaptada y reformada para convertirse en un espacio escénico que sorprende. Y allí disfrutamos en el mes de enero de En la azotea de Marta Aledo con los grandes Iñaki Ardanaz, Antonio Galeano y Nacho Redondo. Tres amigos con los que vamos creciendo y viviendo distintos momentos de su vida personal y laboral. Sus experiencias se convertirán en nuestras y sufriremos mucho y reiremos también. Y es que sentirte tan dentro de la escena hace que te sientas partícipe de lo que les está pasando. No puedes quedarte al margen. Una historia natural y nuestra e interpretada de forma magistral.
La piedra oscura, texto de Alberto Conejero, dirigida por Pablo Messiez e interpretada por Daniel Grao y Nacho Sánchez. Aquí también juega un papel importante la mínima distancia con los actores y el escenario. Es difícil no impresionarse cuando Nacho intepretando a Sebastián grita o llora, o cuando Rafael, Daniel Grao, nos cuenta su historia de amor con Federico, Federico García Lorca. Dos hombre, una guerra, dos bandos y una habitación que los unirá durante unas horas. Esa habitación será testigo de las confesiones de Rafael y Sebastián, de la crueldad de la guerra, del amor, del miedo y de la amistad.
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