A la inspectora Petra Delicado y al subinspector Fermín Garzón les cae un caso cerrado hace 5 años pero que se ha vuelto a abrir a petición de la viuda del muerto, Alfonso Siguán, asesinado supuestamente por el chulo de la prostituta que frecuentaba. Petra y Fermín se enfrentan con una familia que esconde más de lo que muestra y con nuevos muertos que harán ponerles sobre nuevas pistas para resolver este caso cerrado en falso.
Petra ya es una vieja conocida y me gusta, por eso repito. Es una mujer fuerte, pero con sus debilidades y miedos.
Aunque a veces le cueste admitirlo, su columna, su gran apoyo, tanto en su vida como inspectora, como en su vida más personal, es el subinspector Fermín Garzón. Él la hace tener los pies en el suelo, con sus bromas y sus reflexiones y afirmaciones tan naturales y castizas.
En este nuevo caso, Petra y Fermín no lo van a tener fácil. En principio no encuentran nuevas pistas y por dónde tirar, pero solo será cuestión de tiempo. De hecho, el caso está más vivo que muerto. Tendrán que viajar a Roma, lidiar con la policia italiana, superar sentimientos, que a nadie le interese saber la verdad de la muerte de Alfonso Siguán, ni siquiera a sus propias hijas. Pero Petra no cejará en su empeño, aunque tenga que saltarse algunas reglas.
Me gusta Petra, y espero que Alicia Giménez nos vuelva a regalar un nuevo caso de Petra y Fermín.
Muy bien explicado.
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