Han estado trabajando casi un año en este proyecto. Y han contado con la colaboración de un gran escultor de larga y reconocida trayectoria, Pepe Puche, nuestro padre. Tras mucho esfuerzo, pruebas técnicas y un trabajo muy laborioso, por fin salen a la luz.
Los dibujos planos de Manitas de plata se han convertido en pequeñas esculturas, manteniendo la esencia y sensibilidad de la firma.
Es como si los personajes de Manitas hubieran cobrado vida. Así podemos encontrar a las siempre protagonistas Mary Poppins y Caperucita, al caballero con enormes bigotes, un elefante que ya había aparecido discretamente en algún collar o broche, y han añadido una coqueta señora y un bonito cisne.
Las piezas siguen manteniendo las mismas cualidades: delicadeza, ligereza, y la importancia de los acabados, creando un producto de alta calidad. El diseño y la artesanía se dan la mano para lucir pequeñas piezas para gente muy especial.
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