En el país de la nube blanca

Gwyneira y Helen se embarcarán en el Dublín, en el año 1852. Un barco que las llevará desde Londres a Nueva Zelanda. Cada una con un destino ya prefijado. Gwyneira, de casa noble, se casará con el hijo de Gerald Warden, un barón de la lana, el más importante de Nueva Zelanda. Ovejas de buena lana y mucha tierra, es lo que a Gwyneira le espera, así como una vida, en principio, acomodada. Helen huye de su soledad y soltería. En Nueva Zelanda está su futuro, un marido e hijos. No conoce al señor O'Keefe, pero por sus cartas parece un hombre sensible, y su granja suena apetecible. Gwyneira y Helen tendrán oportunidad de conocerse en el barco que las llevará a su nuevo destino, y de seguir en contacto una vez allí. Y es que sus vidas, aunque parece que van a seguir caminos distintos, se cruzarán y vaya si se cruzarán. 

En el país de la nube blanca es una historia de amor, odio, amistad, familia, lealtad, motivación, emprendimiento, lo tiene todo.

Me gusta que los personajes principales y sobre los que recae todo el peso de la novela sean dos mujeres, Gwyneira y Helen. Ambas muy diferentes pero ambas valientes, con un espíritu emprendedor bien acusado allá por el 1852. Un espíritu de trabajo y esfuerzo muy loable. De seguir hacia adelante a pesar de las dificultades. La verdad es que la novela tiene muchas lecturas.

A pesar de la cantidad de páginas que puedan asustar al principio, te engancha tanto que su lectura es amena y rápida. Y con pena de llegar al final.

Y es que no puedes dejar de acompañar a Helen y Gwyneira en su aventura tan lejos de casa, de su Londres, en Nueva Zelanda, con constumbres tan distintas, teniendo que luchar en un mundo de hombres, sin familia y ayuda cerca, y demostrando su valía.

Una gran aventura la de Helen y Gwyneira, con todos los ingredientes para disfrutar página a página en las tierras de la lejana Nueva Zelanda.