Corazón de melón

Verónica Palacio, fundadora de la marca Corazón de Melón, bolsos artesanales, nació en Medellín, Colombia.

Estudió diseño industrial en la Universidad Pontífice Bolivariana en Medellín, Colombia. Diseño de Moda en el Istituto Marangoni en Milán, Italia. Trabajó en Valentino en la línea Roma para caballero bajo la coordinación de Francisco Rosas, para la colección primavera/verano 2002 en Milán, Italia. Realizó una colaboración para TOUCHE en la línea de accesorios para la playa para la colección primavera/verano de 2004 en Medellín, Colombia. Colaboración de diseño para la empresa Zoko Leather para el diseño de la línea de Harley Davidson colección Otoño/Invierno 2005 en León,  Guanajuato, México.

En febrero de 2005, en México, arranca la marca Corazón de Melón, y Verónica se aventura en la búsqueda de un nuevo estilo contemporáneo con un toque muy  personal.

Corazón de Melón se funda con el objetivo de tener un espacio para reinventar un producto que necesitaba tomar fuerza en un país con tantas posibilidades. Un espacio creativo para desarrollar un producto más fresco y que abarcara un mercado descuidado por mucho tiempo en el país.

La personalidad que se le quería dar a la marca consistía en un principio muy simple: aferrarnos a nuestros orígenes latinoamericanos y dar a   conocer el potencial que tiene nuestra cultura a través del diseño de nuestros productos. El nombre de la marca debía ser en su idioma y no un intento de parecer otra cosa más que un  producto 100% latino. De ahí el nombre de  Corazón de Melón, una expresión muy nuestra y además de gran recordación para quien escuchara este melodioso nombre.

Uno de los distintivos de la marca desde sus inicios ha sido el contraste que se vuelca en los diseños, tanto de colores como de materiales inusuales. Esto ha tenido una gran acogida entre los seguidores de la marca y se ha convertido en toda una filosofía para cada colección. En Corazón de Melón buscan siempre estar un paso adelante de la vanguardia, ya que vemos la rapidez con que la gente digiere la moda. Dejamos lo tradicional a un lado para reinventarnos cada día y ofrecer un producto único. Tomamos un riesgo que ha sido un éxito y por eso consideramos que lo más importante será seguir sorprendiendo a nuestros clientes en cada colección con nuevas y refrescantes ideas.

Allá por 2005,  la bolsa seguía siendo un artículo muy conservador y todos le apostaban más al zapato. Pero con mucha perseverancia, Verónica insistió para dotarlo de un toque más personal. Remembranzas de mi infancia, vestidos de mi madre, objetos de mi abuela, viejas fotos, esa mezcla colorida y nostálgica dieron como resultado la primera colección de la marca, la cual creó bastante controversia pues las opiniones estaban muy divididas, pero se había logrado un impacto. 

El proceso de cada colección ha ido madurando a través de los años. Es importante la inspiración,  ha de ser una constante y es difícil mantenerse en este estado creativo todo el tiempo, así que hay que alimentario con mucha investigación, películas, música, fotografías, pinturas, libros, ... Rodearse de objetos lindos, de gente positiva. Alimentar el alma. Pues si estamos bien, felices y satisfechos, la colección y su resultado es maravillosa. La verdad en momentos de tristeza o dificultades la creatividad tiene su lado oscuro y no es el lenguaje que busca la marca.

Para esta nueva temporada, Verónica piensa en una línea inspirada en flores, jardines de fantasía y recuerdos de antaño, contando historias a través de nuestros diseños. Las bolsas son juguetonas y tienen personalidad propia, se llaman como personas, como mujeres,  a quienes les gusta jugar con su espíritu de niñas, y además guardan sus cosas preciadas con mucho cariño, entre flores, texturas y muchos detalles más.

Las mujeres encuentran en nuestros diseños elementos que les recuerdan los juegos de su niñez. No pueden ser niñas ya de adultas, pero por qué no admitir que juegan con sus accesorios; la bolsa, la cartera, el llavero, collar ... que les recuerdan esos momentos maravillosos donde se sentían princesas. Y al mismo tiempo se pueden llevar al trabajo como una muestra de  lo que las mujeres logran hoy en día, la combinación de una vida personal con una profesional al mismo tiempo.