Miles de soles

Mariam es una harami, bastarda, y no hay día en que Nana no se lo recuerde. Su día más feliz era el jueves, el día en el que la visitaba su padre. Sus días, semanas y años se basaban en esa tarde que pasaba con Yalil. Pero cuando este, al cumplir Mariam 15 años, la da en matrimonio a un zapatero viejo y gordo, Rashid, Yalil muere en el corazón de Mariam. No entiende porqué no puede vivir con su padre en Herat. La vida en Kabul con Rashid no va a ser nada fácil. Es un matrimonio de conveniencia y sin amor. Rashid la pega y maltrata, la obliga a llevar burka y los embarazos que no llega a buen fin no ayudan a mejorar la situación. Cuando las bombas caen sobre la ciudad, Laila, una niña que vivía en una casa cercana a Mariam y Rashid acabará en su casa. Lo ha perdido todo, sus padres, su amor, Tariq, todo. Mariam y Laila tendrán que aprender a quererse y los comienzos no serán fáciles. Pero lo conseguirán, y se harán fuertes para soportar las miserías de la vida de las mujeres afganas.

Mil soles espléndidos nos traslada a Afganistan. Y es rompedor. Terrible. Mariam y Laila se me han metido en el corazón. Me han hecho estremecerme y llorar con ellas. Con cada golpe, con cada caída, con cada desaire. Es un libro duro que no deja indiferente.

Aquí se aprende a valorar la vida, los pequeños triunfos, como abrir los ojos un nuevo día. Se aprende a valorar la suerte de haber nacido dónde hemos nacido, teniendo derechos, esos derechos que nos parecen tan lógicos y normales que no nos percatamos que muchas mujeres carecen de ellos.

Mariam y Laila son dos supervivientes. Su historia, desgarradora y triste, también tiene un halo de esperanza.

Si os apetece una historia sentida y de mujeres, Mil soles espléndidos.