Niños de tiza

Roberto regresa a la casa de su infancia, a la de sus padres, a la de siempre. A su madre le han operado de varices y va a cuidarla. Lo que no está tan claro es quién cuidará a quién. Para Roberto, esta vuelta a su barrio, al de San Blas de Madrid, supone el reencuentro con sus fantasmas, con sus pesadillas, con sus antiguos amigos, con el amor, con sus raíces. Una antigua muerte y otra nueva mantendrán a Roberto ocupado.

Me ha gustado mucho Niños de tiza. David Torres sabe relatarnos esta historia de la infancia de los 70 en un barrio de una ciudad de forma ágil, nostálgica y romántica. Qué recuerdos la mecromina en los golpes de las rodillas, los helados de hielo, los largos días de verano, el colegio, las tiendas de siempre, los pollitos de 1 día,...

Todo ello envuelto en una trama de asesinatos, corrupciones y la llegada de las Olimpiadas a ese Madrid de 2012, hacen de estos Niños de Tiza una novela de lectura fácil y muy entrañable.