Broches MOB

Me llamo Mery y tengo 35 años. El nombre de MOB sale de las iniciales de mi nombre, y aunque quise ponerle otro nombre al blog, siempre había firmado los trabajillos que hacía con mis iniciales y al final no cambié de nombre.

MOB  nace hace mucho tiempo. De pequeña Mery era una niña muy inquieta, muy trasto, no paraba sentada, siempre dibujando, pintando, saltando,... Sus padres terminaron por apuntarla a clases de pintura y dibujo. Aunque disfrutaba muchísimo en ellas y le encantaba su monitor, acabó dejándolas y aunque seguía dibujando en casa y copiando dibujos de libros, no volvió a acudir a ninguna clase ni taller.

Hace años empezó a customizar camisetas viejas pintándolas. Pintaba cualquier cosa y a la gente le gustaba. Las regalaba por cumpleaños, a sus amigos,... Jamás se me ocurrió venderlas y los más cercanos tampoco se ofrecieron a comprarlas. Todos le decían que tenían camisetas lisas a las que podía hacer algún dibujo... Con el tiempo terminó por cansarme y lo dejó de lado.

El tema de los broches nació por casualidad. En Las Palmas hay una tienda muy bonita con artículos de fieltro, zapatos, ropa,... Cada vez que pasaba por el escaparate me podía pasar muchísimo tiempo mirando cada cosa. A Mery le llamaba la atención la minuciosidad y detalles de los trabajos expuestos, pero pensaba que era imposible hacer cosas así, a pesar de tener una libreta con dibujos de broches que le gustaría hacer. En Navidad me regalaron un jersey de Mamatayoe, que venía con un broche muy bonito y cuando lo tuve en la mano empecé a mirarlo por detrás, por delante, etc... y se me ocurrió que podía intentar hacer mis broches, y..., comencé a "brochear". Los primeros que hizo los regaló y a todo el mundo le encantaron. Me pedían para un regalo, un amigo, una ocasión especial,... y aunque nunca se me ocurrió cobrarlos, la gente quería comprarlos porque veían que tenían mucho trabajo, (yo pensaba que estaban locos), y así poco a poco fui creando más broches y sobre todo las muñecas.

Aura nació en marzo. Quería hacer un broche especial para una amiga y así surgió Aura. Y triunfó. Después de eso se convirtió en la estrella de mis creaciones y posteriormente en la estrella del blog.

Cuando comencé con el blog, estaba bastante perdida, sobre todo porque veía las maravillosas páginas y creaciones que tenían muchas de las blogueras consagradas y las que empezaban, como yo, y pensaba que mis broches nada tenían que ver con ellos.  Isa, de Coracolores, no sólo le animó a seguir con el blog, también me informó de donde podía conseguir herramientas, material, etc... y en parte gracias a ella me animé a continuar con esto.

De momento me he centrado en los broches, pero me gustaría hacer con el tiempo muñecos y carteras. Para ello primero tiene que sacar la máquina de coser de su caja: la compré hace tres meses y no la he estrenado aún. Y en segundo lugar enfrentarse a ella y ponerse a practicar: nunca he cosido a máquina, pues me encanta coser a mano, hacer punto de cruz,...

Hasta hace bien poco los broches los vendía en Gran Canaria, usando a mi hermana Belén y a otras amigas y conocidas de comerciales, el boca a boca con un broche en la solapa funciona bien y poco a poco fui ampliando un poquito el mercado, el resto de las islas, algún pedido en la península, etc. Algunas de las personas que le han comprado broches le cuentan que personas desconocidas les preguntan para saber dónde los han comprado y no me lo creía.

Empecé de casualidad y casi sin creerme que mis creaciones gustasen. Por eso cuando me invitaron a asistir a una feria de artesanía (turismo y artesanía) y la gente me preguntaba y me hacían pedidos, etc... me quedé alucinada.

Mery está muy feliz haciendo esto, porque le gusta, porque ve que sus broches tienen aceptación, porque mucha gente le da ideas para hacer alguna cosa y se sienten partícipes de este proyecto y yo me siento agradecida por ello. El crear broches, coserlos, rematarlos, me ayuda a canalizar mi energía y eso es bueno, porque tengo mucha, sigo siendo igual de hiperactiva que de pequeña,..., y creo que nada más.