Londres está desolado. Una sucesión de horribles crímenes tiene a la población asustada y angustiada. Varias prostitutas han aparecido muertas en horrendas circunstancias: destripadas, con los intestinos sobre el hombro derecho y sin útero.El inspector Frederick George Abberline es el encargado de perseguir y encontrar al autor de estos crímenes. La mano que lleva a cabo estas sangrientas ejecuciones se muestra segura y conocedora de la anatomía humana. Todo apunta a una persona culta. El inspector Frederick sospecha que detrás de todo esto hay algo más que un loco que haya decidido acabar con las prostitutas del barrio de Whitechapel.
Enrique Hernández-Montaño nos presenta su primera novela basada en los libros sobre el Destripador de Stephen Knight, Stewart P. Evans y Keith Skinner. Enrique añade situaciones imaginarias para conformar esta novela histórica.
La novela se va dividiendo en capítulos narrados por los tres personajes principales: Frederick George Abberline, inspector de policía, Nathan Grey, asesino a sueldo y Natalie Marvin, prostituta. Cada uno va contando los hechos a través de sus propias vivencias mientras se van sucediendo los crímenes y se busca al culpable.
Como novela de aventuras es entretenida. Pero hay cosas que no me han gustado. La utilización de palabras mal sonantes por el inspector Frederick al final del libro, no es propio del personaje que nos ha presentado la novela. A veces, los relatos individuales de los tres personajes antes mencionados, se mezclan con las andanzas de otros personajes como el propio Destripador, lo cual despista al lector. Quizá deberían haber estado en capítulos diferentes. Para describir el Londres de finales del siglo XIX, emplea siempre los mismos adjetivos y tópicos, que comentados una vez, no aportan nada en sus repeticiones.
Y algo que de verdad me ha llamado la atención, es el número de errores sintácticos y gramaticales que van apareciendo en el libro. Es como si no se hubiese repasado. Ciertamente esto ha sido algo bastante curioso.
Empieza con mucha fuerza e interés y ambas cosas se van perdiendo entre los adoquines mojados de las calles de Londres.
Enrique Hernández-Montaño nos presenta su primera novela basada en los libros sobre el Destripador de Stephen Knight, Stewart P. Evans y Keith Skinner. Enrique añade situaciones imaginarias para conformar esta novela histórica.
La novela se va dividiendo en capítulos narrados por los tres personajes principales: Frederick George Abberline, inspector de policía, Nathan Grey, asesino a sueldo y Natalie Marvin, prostituta. Cada uno va contando los hechos a través de sus propias vivencias mientras se van sucediendo los crímenes y se busca al culpable.
Como novela de aventuras es entretenida. Pero hay cosas que no me han gustado. La utilización de palabras mal sonantes por el inspector Frederick al final del libro, no es propio del personaje que nos ha presentado la novela. A veces, los relatos individuales de los tres personajes antes mencionados, se mezclan con las andanzas de otros personajes como el propio Destripador, lo cual despista al lector. Quizá deberían haber estado en capítulos diferentes. Para describir el Londres de finales del siglo XIX, emplea siempre los mismos adjetivos y tópicos, que comentados una vez, no aportan nada en sus repeticiones.
Y algo que de verdad me ha llamado la atención, es el número de errores sintácticos y gramaticales que van apareciendo en el libro. Es como si no se hubiese repasado. Ciertamente esto ha sido algo bastante curioso.
Empieza con mucha fuerza e interés y ambas cosas se van perdiendo entre los adoquines mojados de las calles de Londres.
Desde luego, no te pido que me le pases. ¡¡¡quita, quita!!!!
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