(re)corto

Un año más, y ya van 36, Alcalá de Henares acoge, desde el pasado sábado en su bella e histórica ciudad, el Festival de Cine de Alcalá de Henares: ALCINE36.

Un festival dedicado a los cortometrajes y largometrajes españoles y siempre apostando por los jóvenes realizadores.

A las ya secciones habituales, se une este año y por primera vez, un certamen internacional de cortometrajes. Este primer certamen, a diferencia de lo que ocurrirá en el futuro, ha invitado a un número limitado de cortometrajes que han sido presentados en los más importantes festivales de toda Europa. Gracias a este certamen, se tendrá la posibilidad de visionar los cortometrajes europeos más prestigiosos de los últimos años.

Me encanta el cine y los cortos, y ALCINE es uno de los mejores escaparates para disfrutar de ellos. Es una pena que luego no se exhiban en salas comerciales para que todos podamos ser testigos de sus historias, cortas pero muy intensas.

El sábado por la tarde, en las tres sesiones de 6, 7 y 7 cortos respectivamente, vimos buenos cortos, todos ellos con un halo de tristeza. Y es que las historias hablaban de pérdidas, mujeres maltratadas, parejas rotas o a punto de romperse, de los problemas de la vida, el trabajo, la falta de comunicación, la alienación.

Me gustaron Madres de Mario Iglesias, Avatar de Luis Quílez, Desconocidos de David del Águila, Propiedad privada de Ángeles Muñiz Chachón, La última página de César Rodriguez Moroy y Choque de Nacho Vigalondo.

Cortos con mucho mensaje social y para la reflexión. Pero eché de menos cierta originalidad y chispa a la hora de plantear las historias. Me parecieron demasiado formales en general. ¿Dónde está ese desmelenamiento, ese dejarse llevar tan propio de un corto? Habrá que seguir viendo más cortos.

Si tenéis oportunidad durante esta semana acercaros por el ALCINE de Alcalá de Henares.