Una verdadera gozada. Todos los presentes, y creo que no me equivoco si digo todos, quedamos encantados escuchando a este hombre. Gallego, de Ourense, sereno, inteligente y empresario.
El encuentro se hizo al aire libre, pudiendo disfrutar del jardín del Museo y del relajante sonido de la fuente. Temperatura calurosa aunque agradable gracias a una ligera brisa. En cada silla había depositada una libreta y un bolígrafo con un diseño acorde con el acto. Muy útiles para lo que después iba a acontecer.
El señor Domínguez venía acompañado por parte de su familia, su mujer Elena y dos de sus hijas... Así comenzó el encuentro Carmen Pérez, subdirectora del Museo del Traje. En la mesa acompañaban a Adolfo y a Carmen, Lola Gavarrón, periodista de moda y belleza y colaboradora con el museo y Mª Eugenia Alberti, directora de la revista Joyce.
Lola Gavarrón fue la segunda en hablar. Se centró en los perfumes de Adolfo Domínguez. El primer perfume, Adolfo Domínguez, apareció en 1992. Agua fresca de Rosas es número 1 desde hace 6 años. Myrurgia es la empresa que Adolfo ha elegido para elaborar sus fragancias. Fragancias 100% Ramón Monegal. Él es el maestro (como más adelante afirmaría el propio Adolfo).
La línea de cosmética UNICA fue también objeto de buenas palabras por parte de Lola. También Myrurgia en contacto con la Universidad de Barcelona. Como primicia, Adolfo Dominguez saca este año la primera línea de solares exclusiva para hombres. Y es que el tipo de piel de los hombres y de las mujeres es distinto. Y esto hay que tenerlo en cuenta también a la hora de las cremas protectoras del sol.
Para terminar su intervención, Lola nos citó los países que Nieves Posada (jefa de prensa de Adolfo Domínguez) y con la que había hablado recientemente le había recitado: Alemania, Argentina, Chile, Cuba, Gibraltar, Hong Kong, India, Indonesia, Malasia, Méjico, República Dominicana, USA, Venezuela... entre otros. También en USA está la marca de cosmética.
A continuación Carmen Pérez dio paso a Mª Eugenia Alberti. Mª Eugenia, mujer nerviosa, de carácter y voz fuerte, habló de Adolfo Domínguez como amiga suya y colega. Alabando su trabajo y definiendo el trabajo de Adolfo con tres palabras:
ÚTIL-BELLO-PERENNE
Comentó cómo Adolfo había vestido a la democracia. Liberó del encorsetamiento a la vestimenta de la era Franco.
Habló del Adolfo tímido pero accesible, de su estilo, de la incursión del lino en España, de su éxito en todo el mundo...
Y ya por fin, Adolfo. A pesar de su aparente fragilidad su voz es potente. Clara. Traje oscuro con un sueter beige de cashemere y cuello medio. Negro y blanco sus colores favoritos. Más el blanco. Se quitó la corbata en el último minuto.
Se define como empresario de la costura y como escritor. Le gusta escribir. Y lo hace regularmente. Heredó de sus padres una pequeña industría textil lo cual le ha ayudado mucho en su aventura económica. Porque la costura no es poesía o pintura, es un oficio. Tiene un componente artístico pero no es arte. Lo que se diseña hay que venderlo.
Nos cuenta cómo en su infancia él veía a la gente vivir y morir en el campo. La gente se moría trabajando, dice. Y él, como empresario que es, no piensa jubilarse. No ha mamado esa palabra. En el campo no existía la palabra jubilación. Para él es un deber lo que está haciendo y lo hará siempre.
Nos habla de Fidias y de Grecia. De los clásicos. Y es que hay que conocer para hacer: analizar la información, refinar el gusto visitando museos, escuchando música (Mozart, Bach, Beethoven... sus favoritos), contemplando arquitectura, conociendo a los grandes de la ropa.
Para Adolfo lo más importante es lo bello, que las cosas sean bellas. La moda es afirmar hoy lo que se negó ayer, dice. Hay que buscar un equilibrio entre la innovación y el conservadurismo. Él fue rompedor en su tiempo, pero ahora, confiesa, se ha vuelto conservador. Hay que conservar tanto como se contesta. La moda cambia muy deprisa. Y a veces, es necesario frenar, parar. Permanecer en un punto un tiempo. Descansar.
Hay diseñadores que quieren hacer reir, comenta. Otros buscan el feísmo. Todas las elecciones son igual de válidas. Cada uno busca su estilo. Él dice que tiene estilo. Y lo dice con humildad. Con la humildad de los 56 años recién cumplidos (15 de mayo).
Para Adolfo la arruga es bella. Le gusta más el Paul Newman de El color del dinero que el Paul Newman de El Buscavidas. El Burt Lancaster lleno de arrugas que el Burt Lancaster de las películas del circo. Y es que la cara que tenemos a los 15 años es la cara que nos ha dado la naturaleza, pero la cara de los 40, 50 es la cara que nos hemos hecho nosotros...
El número de tiendas Adolfo Domínguez es aplastante. En Japón habrá 30 nuevas tiendas a finales de este año. Tanto él como Elena intentan revisar las piezas de las colecciones. Entre 5 y 6 millones de piezas. Consiguen revisar entre 2000 y 3000 variantes. Al final, todo son matices. Se apoya en sus colaboradores. En que se trabaje bien y a gusto. No le gusta la dureza, aunque el palo siempre está ahí, matiza. Aún le queda mucho por aprender y mejorar en las relaciones humanas con los trabajadores, confiesa.
De los perfumes él no es el responsable. Ramón Monegal es el maestro. Amigos desde hace 30 años, se entienden muy bien. Adolfo participa en el diseño de los frascos, los colores, los textos... Pero la creación de la fragancia es de Ramón.
Le gustaría hacer joyería. Visutería ya tiene algo. Joyería bajo la estela de René Lalique. Tiene planes... que le gustaría llevar a la práctica. Si tiene fuerzas. Reconoce que la joyería es distinta a la ropa: tiendas, medidas de seguridad, alto porcentaje de atracos... Pero no lo descarta. Y es que según él en España no hay estilo joyero.
El tiempo se acaba. Nuestro tiempo con Adolfo ha llegado a su fin. Estamos contentos. Es un gran hombre. Culto. Con ideas de vida y de empresa muy claras. Su éxito está merecido y se lo ha ganado.
Aún hay mucho Adolfo Domínguez que disfrutar.
viernes, mayo 19, 2006
Encuentro con ...
Museo del Traje, 16 de mayo
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Dicen que es un hombre my afable y con mucho carisma que suerte has tenido ;)
ResponderEliminarQué bien escribes!Eres una comentarista de primera.
ResponderEliminarA mi me gustan mucho las cosas de Adolfo Domínguez, y es cierto que desprende algo,quizás su sensibilidad o su carima...
Muy buen artículo. Gracias por acercarnos un poco más el mundo de la moda a través de la visión de un diseñador como Adolfo Dominguez.
ResponderEliminarJo!!! qué interesante vida cultural lleváis. A ver si luego haces una conferencia sobre el tema, que también tienes mucho que aportar :-)
ResponderEliminarSalu2
Estimada Beatriz:
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus palabras, nos ha encantado lo que has escrito. Un saludo,
Sara Sotelo
Departamento de Comunicación
ADOLFO DOMINGUEZ S.A.
Pol. Ind.San Criprián das Viñas
Calle 4, parcela 8
32901 Ourense
Hacer cosas útiles, bellas y perennes es una buena labor en la vida. Lo bueno perdura.
ResponderEliminarLlevo tiempo con el agua de Adolfo Dominguez. Los perfumes son más fuertes pero la fragancia del agua es suave y agradable. Sigo pensando que lo agradable debe percibirse en las distancias cortas.
Un clásico Adolfo por lo que comentas.
Que interesante parece que fue, y que pena habermelo perdido, aunque con tu reportaje, casi, casi, como si hubieramos estado allí...
ResponderEliminarEstupenda la reseña!. Felicidades! La verdad es que estando allí, el post refleja la calidad, cultura y coherencia que desprendía este hombrecillo. Yo no iba muy seguro de lo que nos íbamos a encontrar, y en verdad que me llevé una muy grata sorpresa: una de las mejores conferencias que he oído en bastante tiempo. Me gustaron mucho frases como "La vida es un punto de contestación y un punto de conservadurismo", "La inteligencia y la vida es la que nos labra el rostro", "La frivolidad es necesaria" ó todo el torrente de ideas e intenciones que has comentado estupendamente en el post.
ResponderEliminarUn placer haber estado allí con A. Dominguez y el verlo presente tan vivamente en este blog.
Me ha encantado el artículo. ¡Felicidades! estas hecha toda una reportera.
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