Como cada año en el mes de abril, Caleruega rememora una tradición milenaria: Santo Domingo de Gúzman recorría el camino que le separaba de Caleruega a Peñalba de Castro. Y allí, en el alto, en lo que fue la ciudad romana Clunia Sulpicia, se encontraba con la Virgen de Castro que le esperaba en su ermita.
Y eso es lo que hicimos nosotros este domingo. 14 km de ida. 14 km de vuelta. Un bonito y entrañable paseo por el campo llevando al Santito como se le conoce cariñosamente.
Disfrutamos nuevamente de las ruinas romanas de Clunia. Cada año el avance en las excavaciones es mayor. Se pueden ver casas, edificios termales, parte del foro y un gran y espectacular teatro.
La vuelta a casa siempre es dura. El cansancio puede a los caminantes. Pero es mucha la alegría cuando llegamos a Caleruega y somos recibidos, como Santo Domingo, por nuestra/su Madre.
Y ayer lunes, descansamos nuestros un poco doloridos cuerpos. Y qué mejor forma de hacerlo que recibiendo los primeros rayos de sol desde la estupenda terraza de El Prado de las Merinas... Os lo recomiendo... La vista del convento de los dominicos, los tejados de las casa y la Peña es una delicia para los sentidos. Todo ello acompañado del murmullo del agua del jardín japonés...
Y eso es lo que hicimos nosotros este domingo. 14 km de ida. 14 km de vuelta. Un bonito y entrañable paseo por el campo llevando al Santito como se le conoce cariñosamente.
Disfrutamos nuevamente de las ruinas romanas de Clunia. Cada año el avance en las excavaciones es mayor. Se pueden ver casas, edificios termales, parte del foro y un gran y espectacular teatro.
La vuelta a casa siempre es dura. El cansancio puede a los caminantes. Pero es mucha la alegría cuando llegamos a Caleruega y somos recibidos, como Santo Domingo, por nuestra/su Madre.
Y ayer lunes, descansamos nuestros un poco doloridos cuerpos. Y qué mejor forma de hacerlo que recibiendo los primeros rayos de sol desde la estupenda terraza de El Prado de las Merinas... Os lo recomiendo... La vista del convento de los dominicos, los tejados de las casa y la Peña es una delicia para los sentidos. Todo ello acompañado del murmullo del agua del jardín japonés...
La reportera Beatriz ataca de nuevo!!:-). Creo que te gustaría mucho visitar Bolonia,en Cádiz.
ResponderEliminarQué planazo!y qué moral!!!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMuy entrañable la reseña. He de decir que Beatriz es una andarina incansable. Es capaz de ir la primera y acelerar el paso aún más para poder hacer fotos (como la del coche de la Guardia Civil).
ResponderEliminarPor otro lado, como buena romería que se precie, se llevan buenas y sabrosas viandas que se comparten entre la familia siendo los platos tradicionales: huevos rellenos, tortilla de patata (y de chorizo) y leche frita (acompañados de huevos rellenos, pollo guisado, empanada, fresas, etc).
Parece que me he levantado hoy glotón... :-P
Qué bonito, no conozco nada de esa zona, pero lo que cuentas me gusta.
ResponderEliminarQué gozada de teatro!
ResponderEliminarY qué hambre me ha entrado con el comentario de JLPA, a estas horas... un poco de piedad, por favor! ;-)
La verdad es q nos lo pasamos muy bn. Y chapo x JL y Bea éstan hechos unos autenticos andarines.
ResponderEliminarLa comida toda exquisita y llevaron para un regimiento....
Besos
Pues que buena pinta todo, tanto el paseo, como la buena comida ;-))
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